miércoles, 31 de agosto de 2011

AfroditaS

Cada invierno, sola, sentada admirando el crepúsculo de Julio, cíclico estado que erosionaba la espera y moría marchita…clonando mil muertes, en el mismo lugar diferente en la diferencia del lugar.
Cada primavera la resurrección, festejada en orgías de abstinencia, sobredosis de presencias, teatros dionisiacos donde exponían mentiras impugnables. El telón cayó y calló, en el silencio, su escena final  y nuevamente, sé descubrió ciclo.
El invierno se le escapo de las manos y no murió, conoció la primavera y la libertad. Conoció a mujeres afroditas que caminaban su camino sin la compañía del viento, saboreando todo aquello que se les prohibía, aflorando en los ríos míticos de la felicidad errónea. Talaron pinos que acariciaban las lunas de Venus y fumaron vicios; jugaron a ser el fetiche y amar a espejos invertidos. Introdujeron uñas gatas en sus ojos sin mirada, deseaban llorar de una vez  la muerte de las espejismos.

Eliana Tortorella

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