Árboles
que alguna vez sedujeron a las nubes,
evolucionaron
en piedras inertes .
En la
vertiginosidad de las sensaciones
No
logro saborear ni prescribir una acción.
Ambiciono
deslizarme por el bosque de piedra,
mas
rápido que una rata a la luz
Corro
con la manada hacia las cuevas,
Túneles
que transitan las entrañas de esta orquesta de ruidos;
ruidos
que explotan en motores.
Me
dejan con la intención de un pensamiento,
Perdida,
penetrada por gritos antinaturales.
Quiero partir
hacia mi refugio; pero no corro
Entro
en la boca de una maquina
Que se
revela a la gravedad y me eleva.
Camino
por las calles de la historia,
Reposo
e una pared que aprisiono,
Ahora
solo fachada de la represión.
Veo
miles de rueda deslizándose
Por la
ancha y pretenciosa calle del monolito,
Admiro la Florida, que no discrimina
Los
idiomas del mundo se entremezclan allí
Y de
fondo una limosna hace mas ruido que una bocina.
Los
perros son como las patas de una araña,
Una
araña cuidador
Y todo
es caos
Todo es
tan vacío
Cuando
el mundo se muestra tan grande
Y la
gente no sabe tu nombre...
Eliana Tortorella