domingo, 21 de diciembre de 2014

Tic-Tac




Odiaba la navidad, y no porque me indignara la euforia consumista, o fuera atea, lo soy pero no era ese el motivo. Odiaba la navidad porque la mesa cada vez nos quedaba mas grande, cada vez poníamos menos platos y llorábamos más tiempo.
Debe haber alguna explicación, alguna respuesta o justificación para que el ser humano sea tan pelotudo y se quiebre en una determinada fecha y golpea la pared como si golpeara al destino, yo no la conozco pero debe haber.
Pero está navidad sume un plato, más chico y de plástico, capaz así empiezan las grandes mesas.


Eliana H Tortorella