martes, 18 de septiembre de 2018

Cortina de humo

Corta cebolla, morrón, apio, puerro, zapallo, zanahoria, tomate y papá, en trozos pequeños caen a la olla en orden correcto. Carne y arroz. Puedo diferenciar cuando le pone laurel, el aroma atrapa la cocina-comedor. El vapor moja los azulejos marrones y blancos, nunca entendí esa combinación para una cocina, puedo imaginar que estaban de oferta o fue un regalo en un momento que se necesitaba o que realmente pensaron que era una buena combinación.Mientras el guiso se hace, fuma en el lavadero y después de servir va a volver a fumar, después de comer y varias veces más mientras esté frente a la computadora. Fuma desde que se levanta, toda la casa está impregnada con olor a cigarrillo, los souvenirs que hubiera tirado sin piedad si fuera mi casa, las fotos familiares, su medicación cardiaca hasta los pocos abrazos que me da. Me gustaría apagar el último cigarrillo, pero cuando cierre la puerta va a prender otro, no puedo hacer nada y se me desvanece como el humo. Por años fume su autodestrucción, sus llantos y su amor, fumadora pasiva diría el médico. Ella es amor, todos los días me llama, quiere saber que voy a comer, si lloro ella llora conmigo, no sabe consolarme pero cuando me aprieta la mano suspiro porque esta ahí, porque me ama a pesar de ella. Y yo la amo, amo su imperfección, sus guisos y verla dormir del lado derecho con su camisón de mangas largas, flores rosas y marchitas de salsa. Levanto la mesa, le doy un beso y me voy. Eliana Tortorella

lunes, 25 de junio de 2018

Color de rosa

La realidad y la verdad son una, dicen. Resulta que a mi la realidad me duele, la desigualdad, la mentira, la falta de compromiso, que las convicciones tengan precio, que el discurso se acomode a receptor, que un pibe pase hambre, que la vida sea injusta, que lo maten. Me duele y no entiendo cómo no les importa, cómo es mas fácil culpar al otro y no escuchar y poner la voz por aquellos que no saben cómo pedir ayuda. Me gustaría escribir algo que les pegara una piña a los indiferentes. No quiero escribir poemas bonitos, ni cuentos elocuentes, ni rodearme de caretas intelectuales, quiero escribirme el cuerpo y leerme en las acciones que me hagan llorar, me quiero embarrar la patas y que mi hija me abrace cuando llegue a casa.

domingo, 6 de mayo de 2018

Astillas

Se cayó un recuerdo, de costado lo vi, me hizo suspirar profundo. Se callo un recuerdo, respiré profundo para no pronunciarlo. Se caen imágenes, queda sin voz el movimiento. Mi espalda se miró al espejo. El espejo me atravesó y me rompió. E.T

domingo, 4 de marzo de 2018

Otra vez me contó la misma historia, que podría contar mejor yo, con los años olvidó detalles que me encantan como el tano que era un artista punga, ladrones de antes con códigos, así le gusta describir a los personajes de su infancia como héroes de un conventillo que lo vio crecer en necesidades, con atorrantes porteños que forjaron su personalidad.
Ya hace años cuenta las mismas historias y vuelve a ser el galán de la siete novias, el hijo rebelde que se resistía a vivir en Barrio Norte, el hincha que no dormía mirando el cielo y rogando que no llueva, que dejo a mi mamá en pleno trabajo de parto para ir a la cancha, vuelve y cada vez más seguido, a veces tengo miedo que un día no quiera volver y se quede allá con los que solo recuerda él.
Pero su nieta lo trae al presente cada vez que le dice abuelito, y me cuenta recuerdos cercanos y le gusta sentirse abuelo, sana su grandes pérdidas, y se reconcilia con el presente.
¿Te conté alguna vez? No pá.

E.T

viernes, 2 de febrero de 2018

Me voy de dedos

No sé porqué escribo, como si fuera una jodida adicción o una pasión media extraña que no me reclama me deja ir porque sabe que voy a volver a escribir, a nadie ni a nada, a escribir sin intención pero con necesidad de encontrar claridad en el devenir de mis palabras, que buscan ser escritas más que leídas.
No sé porque carajo me gusta tanto escribir, siento que salgo a caminar en pelotas sin importarme un carajo quien me lea o mire mi culo, salgo. Cuando me leo siempre estoy a punto de vestirme o editarme y cada tanto eliminarme.
Lo que amo de escribir es la libertad, amo ser libre caer en una hoja llena de palabras, sentimientos que no buscan conmover.
El amor y la libertad son dos cosas que supe conseguir y no me costo, a veces no todo tiene que costar.
Tengo un amor que me dio una hija que es nuestro gran amor, y en ellos vivo en estado de amor y libertad.