lunes, 2 de enero de 2017

Momentos



Quise dejar de escribir, me juré no volver hacerlo. Es malo escribir, hace mal.
Cuando escribís tenes que publicar, cuando escribís tenes que exponerte de tantas formas como la difusión lo requiera.  Unirte al vacío de las nefastas redes sociales, que solo venden humo y masturban egos que no saben vivir para adentro. Cuando escribís tenes que hacer cosas de escritores y a mí me hace mal, porque no soy escritora, simplemente me gusta escribir, escribo sin pretender que me lean, escribo sin la intención de salvar en mundo en palabras altruistas, porque bien sé que solo las acciones escriben cambios, las palabras solo engrandecen egos de pitos chicos y conchas frígidas.
Pero resulta que no puedo dejar de escribir, porque cuando escribo me pierdo en las ideas y en mis intenciones, nunca sé en qué voy a terminar y soy libre en las palabras, en las relación caótica de sus significados, soy libre porque no pretendo aceptación, solo hacer lo que amo, escribir.

                                                                                            E.T