viernes, 23 de noviembre de 2012

Dos formas de subirse a la Toyota



Revolviendo sabanas, sentí como mis tripas se estrangulaban reclamando alimento, me levante e impulsivamente abrí la heladera, solo una lata de tomate y una revolución de experiencia licuo mi mente, hecha amalgama gris.
La lata y yo
Yo y la lata
La Toyota
Todo era confuso, quise hablar, no pude, no me entendía, nadie me ayudaba, el discurso absurdo me margino de los otros y hasta de mi súper-yo, como si mi yo se hubiese hartado de mediar con mi primera experiencia de satisfacción.
No tenia ni motivo ni causa para respetar a la lata; con las extensiones de mi torso destroce ese cilindro de oferta, de repente todo era rojo, primario, mis venas tenían semillas y pensé saborear el tuco venático de cabeza y cruzada de brazos, recordé, que el hombre que irrumpió en la cocina era mi padre, que abrigo mi cabeza con su saco de conciencia moral, me enseño reprimir a juzgar mi autentico accionar, entendí, que me moriría en mi realidad, es preferible vivir en una realidad muerta, así debe ser.






  
Pensamiento y razón:
Firma y aclaración:
Tortorella Eliana y Eliana Tortorella 








 
                     

lunes, 12 de noviembre de 2012

Veo veo ¿Qué ves?



Cuando la cosa se levanta de mal humor, mejor ni acercarse es posible que te derrita de un suspiro matutino. Tiene sus días, no siempre se levanta bordo, tiene días transparentes, azules y mis favoritos son los tornasolados; cuando amanece cantando en su idioma y me lleva a bailar sobre las brisas jugando con cada espacio primario, con cada gesto que me delate. Son días largos, literalmente largo, podemos estar bailando semanas, bebiendo ilusiones que se evaporan en el piso,  al compás de risas y llantos ajenos, nosotros bailamos.
La  cosa no tiene forma, la cosa no es real, la cosa me da un beso y mis pastillas dicen good bye.

Eliana Tortorella

jueves, 8 de noviembre de 2012

Pasado mañana





Hoy me di cuenta que ya no recuerdo tu voz.
Hoy me di cuenta que sigo sin poder ver tus fotos.
Hoy me di cuenta que ya no te lloro.
Hoy me di cuenta que ya no te extraño.
Hoy me di cuenta que no morí de tristeza.
Hoy me di cuenta que no estas en la repisa junto a los santos.
Hoy me di cuenta que me cuesta nombrarte.
Hoy me di cuenta lo mucho que te necesite.
Hoy me di cuenta cuanto me doliste.
Hoy me di cuenta que mi niñez se fue con vos.
Hoy me di cuenta que me quede con lo que sobraba de mi.
Hoy me di cuenta que se puede vivir sin vos.
Hoy me di cuenta que quedaron muchos conmigo.
Hoy me di cuenta que no estas solo, porque muchos me dejaron antes.
Hoy me di cuenta que los días serian mas lindos, sabiendo que estas.
Hoy me di cuenta que no te voy a olvidar jamás.
Hoy me di cuenta que me vas a pesar toda la vida.
Ayer me di cuenta que todos estamos muertos, mañana entenderé que vivir y extrañar es solo cuestión de tiempo.

 Eliana Tortorella