domingo, 23 de enero de 2011

Tregua


Y por fin, una anciana se desnuda ante su amante de juventud, le enseña un cuerpo vivo que se marcó de pasión y destierro con el pasar incesante del tiempo, que no le dio tregua a la juventud y la dejó ser ciclo. La mujer vieja baila insumisa como en las suicidas primaveras de inexperiencia, se deja caer, se llora el cuerpo y, en un forzado movimiento, levanta su cabeza para suspender así  su ultimo anochecer; se deja terminar de ser, que la encuentre un alguien desnuda como la primera vez que el mundo la admiró.

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