miércoles, 7 de septiembre de 2011

BiS

Todo  terminó cuando Indiana murió. Nace Indiana, Observa, aprende, se equivoca, ríe y no llora.
Con los años necesarios para inaugurar su adolescencia, conoce a Maria Soledad, ellos solían ir juntos a trepar cuanto árbol se les resistiera, y en unos pocos inviernos dejaron de ser niños. Los árboles se volvieron solo árboles y ellos ya no eran iguales, pero todavía seguían siendo a la par.
Con oscura inconciencia, le dieron lugar a un tercero en el mundo, que rápidamente aprendería hablar y a cometer los mismos errores que papá.
Maria de las Soledades, así se santificó luego de abandonar a Indiana y a su hijo por una aventura o excusa, se dedicó a realizar un show teatral, y así sobremorir, sola entre los ecos de un par de aplausos sin gloria y sin pasado.  
Por su parte Indiana recorría el mundo con su hijo enano, que con gran carisma logro conquistar a la mujer barbuda, con la que su padre había mantenido una aventura, el pequeño logro ser un gran domador de gatos; pronto domo a su padre, que su próxima reencarnación seria un gato de tres vidas.
Y por fin en un día sin nombre, anciano y sin muchas fechas para recordar, todo terminó. 

Eliana Tortorella

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